jueves, 10 de marzo de 2016

Una retirada a tiempo es una victoria [3]

Para finalizar con este bloque de entradas no puedo despedirme sin hablar de los fans. Para bien y para mal. Hay que ser consecuente con nuestros actos y ya se sabe que del amor al odio hay un paso. Y nosotros despedimos amor y odio a partes iguales.

Incomprendidos, muchas veces egoístas, al final somos nosotros (los fans) los que sufrimos desde la distancia y sin poder hacer nada, lo que guionistas, actores, autores, cantantes en general controlan. Y sí, por si hay alguna duda le dedicaré algunas palabras camufladas a mi queridísima "rubia malvada". Espero que mi compi bloggera haga lo propio con otros autores de dudosa lealtad hacia su obra. (Ejeeeem, mexicano rapero cooooff cooooff...) [hombre, es que Tite Kubo me hace unas cosas... que si ahora convierto en zombies a los personajes, que son espíritus Y YA ESTÁN MUERTOS... que si ahora les quito tiempo de vida, "PERO SI YA ESTÁN MUERTOS" ya, y qué... en fin xD yo espero que quiera a su obra, que si no xD]

Pero vayamos por parte. Fan, como creo que ya se definió hace tiempo en este blog: es un admirador o seguidor de alguien o entusiasta de algo. Con esto engloba a todo aquello que pueda generar un cariño lo suficientemente grande para considerarse seguidor de series de televisión, libros, un equipo de fútbol, etcétera.
Dentro de esos fandoms podemos encontrar varios grados de fanatismo.

Fan Lv 1: No está mal
Desde el "me gusta" hasta el "me pongo un nombre que simboliza que sigo esta serie y son fan mega fan de la vida". Potterhead, ministéricos son una pequeña muestra.

Entonemos un poco el mea culpa, porque hay que reconocer que a veces somos difíciles de contentar. Se pierde el norte además del respeto hacia las personas. En los campos de fútbol es especialmente triste el mal ambiente que se crea. Y los sofocones tan grandes que se llevan sus seguidores. Pero vamos que tampoco se quedan cortas las fangirl locas de cantantes o actores. (Y tú con tu problema pottérico ¬¬) Y yo con mi problema pottérico...
El caso es que desde aquí, hago un llamamimento a todos para que nos tranquilicemos un poco. No nos convirtamos en los llamados haters que hacen daño a cualquier fandom, por no hablar si ya nos enfocamos en una sola persona en particular. Si no compartimos las mismas ideas por favor que no nos vaya la vida en ello porque seguro que viviremos mejor si nos lo tomamos un poco a cachondeo. [La filosofía del "Yo respeto pero no comparto"] Que es lo que he acabado haciendo yo. Envío mi odio desde la ignoracia.
Fan Lv 5: AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH

Diiiiiiicho lo cual... Nosotros también merecemos un respeto.
Es imposible hacer felices a todos y siempre habrá riñas entre los propios fans. Las guerras de ships por ejemplo, bajo mi punto de vista, son uno de los graves problemas de los fandoms. Aunque son divertidas si no las sufres en carne propia con tus OTP.
Si a eso le sumamos a los actores que se marchan de las series antes de finalizarla, con su más que probable muerte para salir de ella, o los guionistas/autores que no saben como alargar series o libros, muchas veces por culpa de las productoras o cadenas. Y que conllevan un desastroso final...

O las entrevistas.

Las entrevistas, son el mal. EL MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAL.
Señores ingleses que cada vez que hablan sube el pan. Por las nubes se pone vamos.
[O los perfiles de los autores en Twitter, que son muy trolls a veces xD]

¿Y nosotros qué?
Pues nosotros creemos en ellos, crecemos con ellos, confíamos en ellos. Los elevamos a los cielos, los idolatramos, son nuestros héroes.
Los fenómenos fans me fascinan. El hecho de que 1000 personas se reunan a cantar una canción de su grupo favorito para que vayan a tocar un concierto en su ciudad. O que por twitter haya una marea de personas pidiendo la renovación de una serie. Como el Ministerio del Tiempo, por ejemplo. Somos importantes. [Mirad lo que pasó cuando Arthur Conan Doyle intentó matar a Sherlock Holmes e_é]

En definitiva, no estaría de más recordar de vez en cuando, que nosotros somos parte de su éxito y que aunque sea solo un poco nos deben algo de la fama que tienen. Y que sí, que es su obra, que la última palabra la tienen ellos. Pero nosotros la queremos igual. Forman parte de nosotros.
Al menos que intenten evitar destruir lo que ellos mismos nos hicieron querer.

Os estamos vigilando